TÍTULO: Héroes. AÑOS: 2006-2010. DURACIÓN: 40 minutos por capítulo. PAÍS: EEUU.
CREADOR: Tim Kring. REPARTO: Jack Coleman, Greg Grunberg, Ali Larter, James Kyson Lee, Masi Oka, Zachary Quinto y otros muchos.
Esta es una de esas series que tenía que haber terminado en la 1ª temporada. Fueron 23 capítulos perfectos, tanto en originalidad como en ritmo y personajes. Y el final quedó cerrado. No hacía falta más. Incluso el formato, esa especie de cómic televisado, le daba un estilo característico y excitante.
Después de haber visto las cuatro temporadas no es de extrañar el descenso vertiginoso en audiencia, y la decepción de los que quedamos encantados con la entrega inicial. La última, la 4ª, ha sido una tontería que no ha desvelado nada relevante, totalmente previsible, y que los “cabos sueltos” apuntados en la conclusión carecen del más mínimo interés. Se nota que estoy decepcionado, ¿verdad?
La trama era genial: la existencia de unos humanos con superpoderes, resultado de un experimento científico, y relacionado con un acontecimiento astrofísico. Se trata de la corriente lucha entre el bien y el mal de la mano de gente corriente que oculta su sorprendente habilidad, en historias individuales que acaban cruzándose para tener sentido, en un relato que se va descubriendo por el cómic de un dibujante drogadicto, Isaac Méndez. Es más; un trasfondo de ambiciones de la mano de un malo oculto, un grupo científico con aspecto de secta, y, cómo no, el fin del mundo como telón de fondo.
Los personajes, y los actores que les dan vida, son fenomenales. Mis favoritos son Hiro Nakamura (Masi Oka) y Sylar (Zachary Quinto), mientras que los hermanos Petrelli me parecen tontos profundos.
A partir de la 1º temporada, que aún siendo con un final previsible, mantiene la tensión hasta el final, la cosa declina. Más allá de la 1ª, se pueden resaltar los episodios que se dedican a la estancia de Hiro en el Japón medieval, que es una historia bien hilvanada, y la lucha psicológica de Saylar por ser normal, por encontrar las razones de su maldad y, finalmente, por hallar a su padre. Chorradas sublimes, en cambio, son el paso de Claire Bennet, la animadora, por la Universidad –el episodio lésbico es de risa-, y cuando la madre Petrelli, literalmente una bruja, hace creer a Saylar que es su hijo. Son momentos en los que piensas, “Pero, ¿a dónde se han ido los guionistas?”. Que no se me olvide: todo lo que rodea al doctor Suresh, el hindú, está desaprovechado, y el personaje iguala en tontería a los Petrelli.
Pues eso, que la veas, al menos la 1ª, que no decepciona.
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