martes, 15 de octubre de 2013

LA CÚPULA, la serie de Stephen King



El argumento es sencillo: una mañana aparece una cúpula transparente, indestructible pero semipermeable, que encierra al pueblo de Chester’s Mill con unas 2.000 personas dentro. Nadie puede salir ni entrar. Ni siquiera el ejército, con una potente bomba –que no sabemos para qué demonios la tiran-, puede hacer mella en la estructura. En seguida es evidente que la cúpula es de procedencia extraterrestre, pero no se sabe nada más. Después se produce el pertinente desfile de personajes, que son presentados de forma eficaz. A esto se le añade un misterio: dos adolescentes quedan en trance cuando se tocan y repiten la frase“Estrellas rosas caen en línea”, y que acaban encontrando en el bosque un huevo metido en una cúpula y que parece ser el centro de la que ha cerrado el pueblo.

martes, 8 de octubre de 2013

IN TIME, la venganza del superproletario


Nos encontramos ante una buena idea, que procede del viejo dicho “El tiempo es oro”, que ha sido desperdiciada por un tipo, Andrew Niccol, en aras de un mensaje chorra, propio de la izquierda pija. Si lo único que se le ocurre a Niccol (¡El autor de Gattaca! ¡Por todos los dioses!) para criticar al capitalismo es una película adolescente sobre las andanzas amorosas y peligrosas (huy, huy) de una pareja pija compuesta por un proletario a lo James Bond y la hija del supermillonario, es para echarse a temblar (después de haber bostezado, claro).

Da igual que la actuación de Justin Timberlake sea denunciable ante el Tribunal de La Haya, que el ritmo sea una copia mala, de top-manta, de Misión Imposible, o que los personajes estén más estereotipados que un culebrón venezolano. Da igual. Es que el guión es una porquería. Si esta izquierda de Beverly Hills se limita a esta alegoría para criticar la “opresión capitalista”, la diferencia entre ricos y pobres, y lo injusto que es todo, es mejor que sigan en sus piscinas privadas, mientras reciben masajes de su terapeuta y contestan a su inversor en bolsa (puedes ver aquí la biografía de Timberlake). Hay quien dice que esta película quería ser el emblema de los “indignados” (o “perroflautas”, depende de quién lo diga) que conectaron sus iPad y smatphones en Wall Street para protestar por todo a través de twitter. Escalofriante.

martes, 1 de octubre de 2013

OBLIVION contra la TECH-nología



Oblivion es una película incompleta. Joseph Kosinski ha pasado de un cómic de 15 páginas a una película de 124 minutos, pero no ha sabido desarrollar los personajes, el entorno ni la historia. Una pena. Aun así la película está bien. Los dos o tres primeros minutos, en los que una voz en off cuenta qué pasó en la Tierra, o se supone que pasó, prometen una cinta con algo más que motores y explosiones. Pero según se va desarrollando la cinta, la película cae en una sucesión de tópicos que esconden un enigma a medias. Y digo a medias porque no está mal construido el “engaño” sobre el que descansa el Oblivion, el olvido, aunque se ve venir casi a la mitad del metraje.

El guión es bastante sencillo. Un humano, Jack Harper (Tom Cruise), cuenta que la Tierra fue invadida y destruida; al principio se cree que por una raza aliens, pero luego sabemos que fue una máquina que busca energía para sobrevivir. El invasor destruyó la Luna, lo que provocó desastres naturales que acabaron con la Humanidad y cambiaron la faz del planeta. En la guerra, el Hombre utilizó bombas atómicas y ganó, o eso cree el humano que habla.