Hace
poco terminé la lectura de Guerra Mundial Z, de Max Brooks, y leí que había
proyectada una película basada en el libro. Es imposible. Cualquiera que haya
leído el libro lo sabe. La novela de Brooks es magnífica, pero su paso al
celuloide es tan complicado que sólo puede resultar un artificio para tener la
mitad de la publicidad hecha. Esto es precisamente lo que ha tenido esta
película: aprovechar un bestseller y un tema de moda, aunque se limite a los zombis, porque en la novela de Seth Grahame-Smith, subtitulada Vampire Hunter, Lincoln se enfrenta al "mal".
La
historia comienza con los típicos casos zómbicos –carreras, mordiscos y
decapitaciones-, que sirven para entrar en ambiente. Un niño llamado Abraham, con 9 años, aparece enfrentándose al